Me pregunto ¿porque si el Ser humano busca ARMONIA, SALUD, AMOR Y FELICIDAD, se encamina al polo opuesto?

En tantos años de atención y estudio, no fueron pocas las respuestas que fui encontrando.

Las palabras de la niñez resurgen con un peso enorme en nuestras vidas, el nombre que nos dieron (a veces en memoria de los abuelos, un tío, un hermano muerto) afectan para bien o mal nuestro futuro.

El número de hijo que somos. Las situaciones de la infancia forman nuestro bagaje informativo de cómo veremos el mundo cuando mayores. Si experimentamos el matrimonio de nuestros padres, lleno de afecto y mucho diálogo buscaremos lo mismo.

Si en cambio el matrimonio de los padres estuvo lleno de conflictos- maltrato- subestimación tenderemos a “encontrar dependiendo nuestra identificación con papá o mamá a que nos maltraten y subestimen y bancarlo así, o dar mal trato verbal y a veces hasta físico". Tendemos a repetir patrones aprendidos, inexorablemente.

Solo se aprende del error, reconociendo y trabajando nuestra identificación con uno u otro de los progenitores.

Muchas veces comentan “yo no quiero hablar ni tocar el tema de mi infancia, solo quiero trabajar (por ejemplo) mi miedo a mi jefe y el temor a pedir aumento". Que otra cosa que un padre ha instaurado allí esa persona.

No se trata de matar los dichos de nuestros padres. Se trata de perdonarlos porque seguramente hicieron lo que creían mejor para nosotros aunque a nosotros no nos sirva.

Y diferenciar lo que queremos de lo que hacemos de nuestra vida.

 

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Silvia D´Martino

Psicóloga transpersonal Junguiana

Coord. Talleres de Vínculos del Hospital

de agudos Teodoro Álvarez C.A.B.A.