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Hay que tomar aire profundo para poder leer la palabra del título corrido sin fallar en el intento. Esta ciencia que esta por estos tiempos en boga tiende a unificar, lo que ya estaba unificado y no se sabía.

Por Ej. : una emoción que no se descarga queda enquistada en alguna parte del cuerpo (un órgano quizás), bajando las defensas de nuestro sistema inmune.        

Cuando la molestia es el hígado, la cabeza, el corazón, la presión, los intestinos,… ellos responden así como mecanismo de autodefensa y tomar una aspirina “CALMA” el cuadro “NO LO CURA”.

El aparato psíquico, marca una situación “X”, el cómo tomamos esa situación “X” marca la diferencia.

Lo que no re-solucione, estará dando vueltas en nuestra cabeza (psiquis) en nuestras glándulas endocrinas y nuestro aparato inmunológico.

Hay que comprender que nosotros no somos varios sistemas. Somos uno y lo que nos acontece afecta a todo ese “un sistema”, provocando enfermedad.

La tendencia es atender varios aspectos del individuo y no solo la vesícula que duele, sino qué lo lleva a esa dolencia.

La comprensión amplificada de la dolencia de alguien, es una ayuda invaluable para una recuperación segura. Un enfermo de cáncer, depresión, hipertensión por nombrar solo algunos casos, debe atender el polo psíquico también y no solo la dolencia física.