"Y allí nos encontramos los dos...él con su idea fija, yo con mi timidez, mi indecisión. El cuarto estaba casi a oscuras.

Cortaba el negro de la noche el reflejo de la luna que sin pedir permiso entraba por la entreabierta ventana.

El murmullo del viento hacía hablar a los árboles que nos rodeaban, Y una suave brisa hamacaba las cortinas en un vaivén interminable. Era muy tarde.

Madrugada... Acalorada, nerviosa, quizás con sed, tenía los ojos abiertos como dos luceros, mis piernas rígidas.

La tensión, la emoción, el no saber que podía pasar, me ponían más intranquila.

Él estaba en mi habitación. Fingía? .ni sentía su respirar, ni oía su vivir. Pero estaba esperando...No sabrá que hacer? Pensé...Le mostré mis piernas. Le insinué mis senos sedientos de amor. Me acomodé sinuosa en el lecho...solo para esperarlo a el...que me rozara, que se apoyara en mí y que diera libertad a su instinto animal. Pero nada le haría suponer que sería nuestra última noche juntos.

No podía ser los dos. o él o yo. Una relación tortuosa y con sed de venganza me carcomía las entrañas y fue más fuerte que mi amor, que mi amor a la vida por las cosas bellas...

Entonces me paralizó saber que venía hacia mí.

Pensé mil cosas y no pensé nada. Fue un minuto... fue una eternidad...se acercó seguro.

Con la seguridad que le da la experiencia. Sabía lo que estaba haciendo, y sin importarle yo, eso creo, gozaba.

En un giro estuvo sobre mí. No lo podía creer...tan veloz...y ya perdí el control.

No me importó la noche, ni romper el silencio, ni fingir. Así era como le gustaba la batalla...

Yo gemí! Entonces volví a pensar - ¡que ser tan egoísta! ¡Que vida tan ruin!

Levanté sigilosamente mi mano, cerré los ojos y por fin maté a ese condenado mosquito que no me dejaba dormir."

 

Al igual que esta historia que escribí para una revista de Psicoanálisis, donde las cosas no siempre son como parecen... lo que intento explicar es que la Psiquis cuenta con tres registros. Uno el Real, otro el Imaginario y el tercero el Simbólico. Como cada cual tiene anudados estos registros le funciona el dinero, la familia, la salud, el amor, etc...

 

En el registro Real, no se habla de otra cosa que no sea el molesto mosquito.

En tu Imaginario, se elucubró tantas cosas... y el final lo simbolizas vos; con lo que quieras o... pueda tu psiquis.

En el curso que se transmite I Ching lo que trato es que cada respuesta tenga un enfoque terapéutico, es a esto a lo que me refiero.

El tema pasa porque I Ching lo tenés a mano en algún buen libro, pero INTERPRETAR los símbolos de la naturaleza en esta filosofía china no se encuentra en los libros.

Exactamente se trata de Tradición Oral milenaria, que subyuga y atrapa de manera sorprendente.

Y definitivamente enseña a leer como se mueven los elementos de manera simbólica.

La propuesta sigue en pié, súmate.

La excusa es un curso, para cambiar el curso de tu vida y DESCUBRIRTE.